Tras la abdicación de Benedicto XVI, el Centro Cultural Lepanto lanza la cruzada “Un Millón de Rosarios Diarios”

“Hoy, 11 de febrero, el día en que conmemoramos la aparición de la Inmaculada Concepción en la gruta de Lourdes, y tras la renuncia de Su Santidad Benedicto XVI, estoy pidiendo su participación en una Cruzada del Rosario, cuyo objetivo es la recitación diaria de un millón de Santos Rosarios desde ahora hasta el final del cónclave, para el mayor bien de la Santa Iglesia y para adelantar el triunfo del Inmaculado Corazón en el mundo.”

Así empieza la declaración de Fabio Bernabei, presidente del Centro Cultural Lepanto, que lanza esta importante iniciativa en un momento especialmente delicado para la Iglesia Católica. Por descontado, la iniciativa casa con el mensaje que Nuestra Señora dio a Santa Bernadette Soubirous en Lourdes, el 11 de febrero de 1858. Con el Rosario es posible burlar todos los obstáculos que Satanás coloca delante de la Iglesia de Cristo y en el camino hacía la santidad. 

“Conocemos el poder y la efectividad que el Santo Rosario tiene sobre el corazón de Dios y de Su Hijo”, escribió Sor Lucía de Fátima. “Por eso Nuestra Señora misma en sus apariciones participa en la recitación del Rosario, como en la gruta de Lourdes con Santa Bernadette, y en Fátima con Francisco, Jacinta y yo. Cuando el Rosario se desliza por vuestras manos los ángeles y los santos se unen a vosotros. Hoy, más que nunca, el mundo necesita vuestro rosario.”

Hoy la lucha entre los partidarios del terror y el desorden, y los defensores de la Paz de Cristo y el Orden de Cristo “se ha desplazado de la sociedad temporal a la espiritual y se identifica con la Santa Iglesia”, comentó Plinio Correa de Oliveira en “Revolución y Contra-Revolución”.

Pero los fieles, argumenta Bernabei, no deben temer porque, tal y como lo confirma Santa Teresa del Niño Jesús, “por muy serios sean los pecados de los hombres, mientras recéis el Rosario, Dios no abandonará el mundo, porque [el Rosario] tiene poder sobre Su Corazón.”

Por tanto les rogamos, concluye el presidente Bernabei, participen en la Cruzada de un millón de Rosarios y difúndanla, procurando rezar una o más décadas del Rosario, dondequiera que estén; en una iglesia, en el trabajo, en casa e ¡INCLUSO POR LA CALLE!

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